By Sandra Vicente
01.05.2007 / El Mundo
Los dos conductores búlgaros junto a la cantante de folk. (Foto: Sandra Vicente)
¿Se imagina comprar una entrada de teatro y que en lugar de buscar su asiento en el patio de butacas de la sala tuviera que hacerlo en el cubículo destinado a la carga de un camión de mercancías? Por raro que parezca, esto es lo que les sucederá a los 450 únicos espectadores que quieran formar parte del singular proyecto 'Cargo Sofía-Madrid'.
Serán sólo 10 funciones y los 45 espectadores que se embarquen en cada una de ellas irán de circunvalación en circunvalación, parando en naves industriales, gasolineras con duchas y descampados, repitiendo y conociendo, en defintiva, la realidad cotidiana de dos camioneros, en este caso Ventzislav Borissov y Nedyalko Nedyaklov.
"Nosotros no somos actores, somos simples conductores", repiten una y otra vez preguntados por su vocación interpretativa. Y una vez vivida la experiencia de 'Cargo Sofía-Madrid', uno se da cuenta de que lo que hacen estos dos hombres no es sino recrear para el público una realidad que han vivido a lo largo de muchos años.
Este 'espectáculo viajero', que tendrá lugar del 16 al 25 de mayo, pretende ser un ejemplo de teatro documental en el que no trabajan los tradicionales actores profesionales, sino que Stefan Kaegi, director del proyecto, se encargó de buscar lo que él denomina "teatralmente preparados", es decir, actores de la vida real que teatralizan su mundo para el espectador.
Las butacas instaladas en el interior del camión. (Foto: S.V)
Los interesados en vivir esta experiencia, comparable a la de los autobuses turísticos que recorren el centro de Madrid pero sustituyedo los monumentos neoclásicos por polígonos industriales, sólo tendrán que abrocharse el cinturón que cuelga de las butacas de skay azul instaladas en la zona de carga y ponerse los auriculares de la traducción simultánea si sus conocimientos de búlgaro no son demasiado avanzados.
A partir de ahí empieza un viaje de dos horas en el que se combina la proyección en una pantalla de lo que está sucediendo en la cabina, y la vista panorámica, a través de unas grandes vidrieras, de lo que acontece fuera, en la carretera.
La primera parada tiene lugar en el Adif (Administración de Infraestructuras Ferroviarias), que recrea la frontera búlgara para pasar a Serbia. En sus instalaciones, los espectadores descubrirán entre grúas y contenedores, a una cantante de folk búlgara que, micrófono en mano, es la encargada de poner la banda sonora al espectáculo y acercar los sonidos de la tierra de los conductores hasta el interior del camión.
Poco después, el público se sobresaltará al ver aproximarse al camión una gran grúa, capaz de levantar 40 toneladas de peso. Cuando parece que va a embestirle, sale de la máquina un trabajador que hará una visita guiada con explicaciones exhaustivas de cada una de las máquinas que allí trabajan a diario.
Y así, de sorpresa en sorpresa, y sufriendo de lleno los rigores del tráfico madrileño, transcurre este espectáculo experimental que estos dos camioneros búlgaros han conducido ya por ciudades europeas como Avignon, Berlín, Estrasburgo, Frankfurt o Budapest. Ahora llegan a Madrid para compartir con el público su vida de nómadas en las carreteras del mundo.
Para los interesados, el camión partirá todos los días a las 19.30 horas de La Casa del Reloj (Paseo de la Chopera, 10), el precio del 'viaje' son 28 euros y las entradas pueden adqurirse en El Corte Inglés (www.elcorteingles.es y 902 400 222)